Él es Rex, un valiente que a pesar de haber nacido sin patitas delanteras, nos inspira con su inquebrantable alegría. Su felicidad es contagiosa, y nos sorprende al ver cómo se las arregla para desplazarse, arrastrándose con determinación. Gracias al apoyo de todas las personas que donan y comparten, ahora podrá disfrutar de una silla de ruedas adaptada a su tamaño y peso para que pueda jugar con los otros perros, que siempre veía con emoción cuando corrían y se pelaba su pecho en un intento por seguirlos. Rex nos enseña que la vida está llena de posibilidades, y que con amor y apoyo, ¡nada es imposible!
Esta es la prueba de que cuando nos unimos podemos ayudar y mejorarle la calidad de vida a un pequeño ser que tanto lo necesita.
Por favor comparte y ayúdanos a difundir nuestra labor, para seguir apoyando a más animalitos indefensos que nos necesitan.